En la medida en que logres hacer de tu día a día una obra maestra, no sólo alcanzarás mejores resultados, sino que tu nivel de satisfacción a nivel general se incrementa. Esta es una de la máximas del mítico entrenador de baloncesto estadounidense, John Wooden.
Su filosofía de éxito se basaba en la perfección y productividad que alcanzaba cada día.
¿Por qué al hablar de éxito hablamos de satisfacción? Porque tu definición de éxito procede de la percepción que tienes sobre lo que consideras importante: las actividades y áreas que son tus prioridades. Y esto es algo que se consigue en el día a día.
En resumen, tu agenda diaria es el secreto del éxito.
Tu agenda diaria y tu éxito
¿Qué significa tener un día productivo?
Un día productivo no es más que, un día en el que, después de terminar tu jornada, te sientes totalmente satisfecho con lo que has hecho y con lo que has conseguido porque sabes que te está conduciendo a tus objetivos vitales.
De acuerdo a estas características, existen tres elementos comunes para un día productivo:
Incrementa tu impacto:
Un día productivo es aquel en el que creas valor en tu entorno, trabajo, empresa o negocio. Sentir que, de una u otra forma, tu influencia ha hecho la diferencia.
Desarrolla tus superpoderes:
El crecimiento contribuye a tu percepción de productividad. Crece como persona y como profesional, desarrolla tus talentos, aprende y experimenta algo nuevo cada día.
Crea medidores que te ayuden a ver los progresos diarios en tus 4 aspectos vitales: mental, emocional, físico y espiritual.
Disfruta de tus días:
Añadir valor y crecer a diario son solo dos, de los tres factores de la ecuación de un día productivo. Busca un estado emocional positivo que potencie tus días. Un estado que eleve el disfrute de la mayor parte de las actividades que realizas, de cada persona con la que conectas y que dé sentido a tu trabajo.
En resumen, un día productivo es aquel en el que creas el mayor valor posible, mientras colaboras constructivamente con los demás, te mueves en tu zona de crecimiento y disfrutas de aquello que realizas.
¿Alguna vez te has preguntado cómo algunas personas pueden hacer mucho más en un día que otras?
¿Cuáles son los secretos de las personas productivas y cómo puedes convertirte en uno de ellos?
Te dejo 15 hacks para construir días productivos que puedes incorporar como hábitos en tu propia vida y que te ayudará a tener una vida significativa y productividad diaria:
15 Hacks para crear días productivos
Aunque tener un día productivo significa algo diferente para cada uno de nosotros, hay algunos puntos en común sobre las características que suelen ayudarte a preparar y optimizar tus rutinas diarias.
1. Inicia tu día de forma proactiva
Según diversos estudios a nivel mundial, las personas madrugadoras tienden a ser más proactivas, dado que aprovechan las horas de mayor actividad cerebral y niveles de energía corporal. La rutina matutina de la mayoría de empresarios y emprendedores exitosos incluye actividad física, tiempo de reflexión o meditación y tiempo de estudio.
-Activación: Una rutina regular de ejercicios activa tu cuerpo, mejora tu estado de ánimo y eleva tus niveles de energía para afrontar el día.
-Relajación: Ya sea meditación, oración, yoga o simplemente reflexión en silencio y quietud, te ayudan a iniciar el día con una perspectiva más tranquila y sosegada.
-Crecimiento: Inicia cada día aprendiendo o perfeccionando una habilidad y una cualidad que te ayuden a avanzar.
2. Prepárate para el éxito
Preparar tus mañanas evita empezar en el caos y el estrés diarios. En este punto, además de la preparación física, mental e intelectual del primer hack, incluimos temas más prácticos y que refuercen el comienzo del día.
Buenas opciones para preparar un día exitoso incluyen: dejar la noche anterior preparada la ropa de deporte, el desayuno sobre la mesa, el outfit del día siguiente y tu portátil cerca de la puerta.
Presta especial atención a la hidratación y alimentación al principio del día. Tu cerebro y tu cuerpo necesitan mantener altos niveles de energía sostenida durante el día. Investiga, prueba e ingiere aquello que mejor te siente y que te mantenga saludable.
3. Destina un lugar para trabajar y adecúalo
Tener un lugar limpio, ordenado y preparado para trabajar siempre tuvo vital importancia. Sin embargo, la tiene más ahora que, el teletrabajo se ha implantado a nivel mundial.
Tener un área específica para trabajar, te brinda dos grandes beneficios: El primero, es entrenarte para entrar en la mentalidad de trabajo cuando la ocupes, ayudándote a entrar en estado de flujo y conseguir más resultados, en menos tiempo. La segunda, es que te permite desconectar al final del día y reducir la tentación de responder a emails o de terminar una tarea, mientras estás en tu tiempo personal o el de tu familia.
4. Elige las prioridades de tu día
Un día productivo comienza con una buena autoorganización y la decisión de crear el máximo valor cada día. Para ello, necesitas primero definir tu día productivo ideal y sobre todo, tener claro aquello que desea obtener de él.
Más que tener una agenda, soy fan de las 3 prioridades diarias. Esta práctica no es más que, elegir y listar las 3 tareas o proyectos más importantes a desarrollar durante el día. Hablando de trabajo y negocio, las que más aprecian tu jefe, tus clientes, tu organización o aquellos para quienes crees valor, quienes pagan por tu trabajo.
Esta definición clara de lo que realmente importa, te ayuda a empezar con las tareas más exigentes y aquellas que mejor retorno te proporcionan.
5. Enfoque y eliminación de distracciones
El primer paso es iniciar tu día trabajando directamente en las tres prioridades que has marcado previamente y para ello es necesario alejar las distracciones.
Cuando interrumpes una tarea, lleva mucho tiempo volver a realizarla correctamente y las personas productivas lo saben, por lo que limita las interrupciones, siempre que sea posible.
Una práctica que me ha ayudado enormemente es, haber instaurado el hábito de revisar el correo electrónico únicamente dos veces durante la mañana y una vez, al finalizar el día. De esta forma, mi atención no se diluye, continúo controlando mi agenda y puedo avanzar sin distracciones.
Crea tu propia burbuja mental y bloquea todo lo que te rodea para enfocarte. Puedes usar las visualizaciones creativas si así lo deseas, imagínate en un vuelo de larga distancia, en una cabaña en la playa o en la montaña, cualquier sitio que te permita aislarte y enfocarte, exclusivamente en la tarea que tienes delante.
6. Da el primer paso, simplemente hazlo
7. Divide y vencerás
8. Aprende a decir no
Este hábito se desarrolla muy de la mano con el de fijar prioridades. Al tener una buena visión y comprensión de lo que realmente importa, es más fácil discernir aquello que no lo es.
Fijando prioridades, aprendes a decir no a las tareas urgentes o actividades que no agregan valor a tus objetivos más importantes del día.
Aprender a decir NO a todo aquello que te quita tiempo y energía, es la mejor forma de valorar tu tiempo. Simplifica y elimina todo aquello que no aporta.
Tener demasiado en tu plato, significa, tener menos probabilidades de cumplir con tus obligaciones, en el hogar y en el trabajo. Si eres de los que les cuesta “decir no”, practica contigo mismo en un principio.
Encontrarte demasiado comprometido, no significa ser productivo.
9. Céntrate en el progreso
Te diría que esta máxima es aplicable a la vida en general, pero vamos a centrarnos en productividad profesional, así que vamos a darle ese enfoque.
En lugar de centrarte en los plazos de entrega, en el tiempo que llevas trabajando en el proyecto o, en el que te queda para terminar la tarea, céntrate en los logros.
De esta forma, no solo ganarás en concentración y motivación al ver tus avances, sino que te enfocarás más en el resultado que deseas conseguir. Recuerda que, donde centras tu atención, se dirigen los resultados.
Por otra parte, evitas caer en la tentación de alargar el tiempo de ejecución, tal como indica la Ley de Parkinson que sostiene que, el trabajo se expande hasta completar el tiempo disponible para su realización.
10. Pide ayuda y delega
No eres bueno ni hábil en todo. Incluso siendo muy bueno en múltiples tareas, es más productivo centrarte en tus áreas de fortaleza. En aquellas en la que, realmente haces la diferencia.
No malgastes tu tiempo averiguando cómo hacerlo todo tú mismo, pide ayuda. Si no eres excelente en una tarea específica, ¿para qué perder más tiempo y esfuerzo tratando de hacerla, si puedes encontrar a alguien que lo haga por ti?
Una habilidad de los grandes líderes es delegar, una herramienta absolutamente poderosa para conseguir más logros, reduciendo el estrés.
11. Relaciónate bien y mucho
De la calidad de tus relaciones, dependen tu potencial como líder, el alcance de tus consecuciones profesionales y tu satisfacción general.
Sin importar si estás en momento de negocios, de ocio o de familia, interésate, conecta y relaciónate bien y mucho.
Conectar a un nivel más profundo requieren de tiempo, energía, esfuerzo y creatividad. Profundiza.
12. Tómatelo con calma
La productividad se va adquiriendo, quiero decir, obsesionarse con la productividad, en ocasiones puede derivar en invertir un tiempo precioso tratando de implementar hábitos productivos, que podrías usar para tus proyectos.
Cuando mantienes los procesos y los hábitos simples, más tiempo de trabajo enfocado tienes para su ejecución. Cuando algo funciona, inclúyelo en tu proceso diario. Si no es así, ignóralo y aplica aquellos hábitos que sabes que te funcionan para incrementar tu productividad.
Recuerda que tus circunstancias, tus exigencias, entorno y forma de aprender, son únicas. Adapta todo aquello que encaje con tu vida diaria y con tus proyectos. Lo demás, patada y a la basura.
13. Celebra y prémiate
Este es uno de los puntos que más damos por sentado cuando de productividad se trata. Cuando sientes que tu trabajo pasa desapercibido, incluso por ti mismo, el sentido de la productividad empieza a decrecer.
Un componente básico de un día productivo es el disfrute y este, se incrementa cuando la sensación de satisfacción es frecuente. Encuentra una forma especial de reconocer tus hitos, te ayudará a mantenerte animado y motivado, a pesar de las dificultades del día.
14. Recarga baterías
Tres formas de recargar baterías para un día productivo:
- Hidrátate frecuentemente y mantén tus niveles de azúcar en sangre lo más planos posible. Esta práctica te ayuda a mantener la concentración ya que tu cerebro está más calmado sin enviarte mensajes de alerta constantes.
- Realiza pausas frecuentes durante la jornada de trabajo. Buenas opciones para ello, pueden ser un café o una llamada telefónica para estrechar relaciones o una meditación corta, que te ayude a bajar revoluciones.
- Atesora el descanso del final del día: un sueño profundo en una habitación oscura y libre de dispositivos electrónicos, facilita no solo la recuperación y reparación de tus músculos y tus órganos, también te ayuda a la neurogénesis, la generación de nuevas neuronas a partir de células madre neurales y células progenitoras.
15. Balancea y regula
3 Tips para incluir en tu agenda diaria
Te invito a practicar durante mínimo 2 meses, un ejercicio que ha disparado no solo mi productividad, sino mi nivel de satisfacción en varias áreas prioritarias.
Asegúrate de que tu calendario semanal tiene una distribución acorde a aquello que es prioritario para ti: familia, amigos, dinero, finanzas… Empieza en pequeño, mientras encuentras el tiempo y la forma, de honrar aquello que más valoras.
- Dedica pequeñas franjas horarias para tu familia y las personas que te importan. Empieza con media hora al día para dedicar atención exclusiva y de calidad ya sea a tu pareja o a tus hijos. Guarda el móvil y bríndales el 100% de tu atención. Piensa y programa actividades que puedan desarrollar en ese tiempo, para conectar y disfrutar juntos.
- Si una de tus prioridades es tu carrera profesional, piensa cuál acción haría la diferencia, en cuál proyecto o tarea, puedes emplear una hora exclusiva y enfocada de tu tiempo.
- Si lo que deseas es desarrollar ciertas habilidades o cualidades, puedes dedicarte media hora a aprender y desarrollar esa habilidad que necesitas para ir a un siguiente nivel de logros.
Haz la prueba durante una semana, comprométete con la segunda y luego la tercera, hasta que completes los dos meses. Estate atento a los cambios, ya sea en las reacciones de las personas o en los resultados obtenidos. Te sorprenderás de cómo con pequeños pasos, puedes alcanzar grandes metas.
Agenda diaria y éxito
Según John Maxwell, el problema más común con respecto al éxito, es que creemos que es un destino y no un camino que se recorre a diario. Cuando esto sucede, es difícil pensar que, sea posible tener una vida de éxito diario.
El inmediatismo actual y la poca disposición para perseverar, es un factor que afecta en gran medida a nuestra sociedad. Una de las claves de una vida en donde tú puedas cruzar el puente entre los sueños y los logros, es el enfoque y el trabajo diario en aquello que es prioritario, aquello que realmente importa en tu vida.
Tu agenda diaria es el secreto del éxito.
Tus hábitos diarios impactan tu futuro de una forma radical. Es muy probable que necesites mejorar o cambiar algunas rutinas.
Si quieres saber cómo tomar partido de todas tus fortalezas y oportunidades, para llegar a un siguiente nivel, puedo acompañarte en ese camino.
Únete a la ola de gente que, como tú, quiere hacer de su vida un éxito diario.
¿Buscando la forma de mejorar tus hábitos diarios?
Prueba a probar al menos uno de los hacks de productividad durante esta semana y luego, nos tomamos un café virtual, mientras conversamos sobre tus próximos pasos para incrementar tu productividad.